Contenido emocional vs contenido técnico

El contenido técnico educa. El contenido emocional conecta. Y si solo estás usando uno de los dos, te estás perdiendo la mitad del poder de tu comunicación.
Muchas marcas personales y emprendedores cometen este error sin darse cuenta: o se enfocan exclusivamente en dar datos, consejos y estrategias con la esperanza de demostrar su profesionalismo, o se van al extremo emocional, compartiendo historias sin anclaje práctico. Pero la verdadera magia sucede cuando logras fusionar ambos mundos.
¿Por qué es tan importante incluir lo emocional?
El psicólogo y Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman demostró que más del 95% de nuestras decisiones son emocionales, no racionales. Esto significa que las personas no compran servicios, cursos o mentorías porque entienden cómo funcionan, sino porque sienten que eso les va a cambiar algo por dentro: una situación, una frustración, una creencia.
Y aquí es donde muchas estrategias fallan. No basta con compartir datos o técnicas. La clave está en envolver esos datos en una experiencia emocional, en una historia que genere identificación y active el deseo de cambio.
¿Cómo se logra esa conexión?
Combinando dos elementos esenciales:
- ❤️ Una historia personal o emocional: una situación de vulnerabilidad, un fracaso, un antes y después real.
- 🛠️ Un consejo práctico o aprendizaje aplicable: una técnica, herramienta o paso a paso que pueda usar quien te escucha.
Por ejemplo:
“Hace un año, sentía que nadie valoraba mi trabajo. Publicaba contenido cada día, pero las ventas no llegaban. Estaba frustrada, al borde de rendirme. Hasta que un día entendí que no era lo que decía, sino cómo lo decía. Entonces empecé a usar este pequeño cambio en mis textos… y ahí todo cambió… [Aquí compartes la técnica]”
Esa combinación transforma. Porque no solo estás enseñando, sino llevando a tu audiencia por un viaje emocional. Les estás diciendo: yo estuve donde tú estás ahora, y esto fue lo que me ayudó. Eso genera empatía, credibilidad y acción.
¿Y si no tienes grandes historias?
No necesitas experiencias dramáticas para conectar. A veces, lo más simple —como sentirte ignorado al lanzar un post, dudar de ti mismo antes de una reunión, o celebrar una pequeña victoria— puede ser profundamente humano y poderoso.
Lo importante es mostrar un momento real, y desde ahí compartir una idea útil. Eso es lo que crea contenido con alma y con impacto.
Así que la próxima vez que vayas a crear contenido, pregúntate:
- 📚 ¿Estoy aportando valor desde el conocimiento?
- 💡 ¿Estoy generando una emoción desde lo humano?
- 🔄 ¿Estoy usando ambas cosas para crear una experiencia transformadora?
Porque al final, lo que más recordamos no es lo que nos explicaron, sino lo que nos hizo sentir diferentes.